Por Nelson Marte
Ayer me topé con un colega que suele manejar informaciones de inteligencia, y soltarlas por los medios con el mayor desparpajo.
-No te siento, estás en bajo perfil -lo saludé.
–Es que estoy apoyando a mis amigos Danilo y Miguel, que es un trabajo muy difícil ahora– me dijo.
–Me has visto escribiendo sobre la caída de la popularidad de que disfrutó tu amigo Danilo, pero estoy percibiendo ahora en la calle un preocupante descalabro de su credibilidad.
Se quitó los lentes con esa calma desesperante de los cocolos, y volviéndose hacia la persona que lo acompañaba en el lugar público en que nos pechamos, le dijo:
Dímele a Nelson si no te dije hace poco que por lo que estoy viendo Danilo puede perder las elecciones en primera vuelta, díselo -repitió sin importarle el silencio que hicieron los demás parroquianos asuntando su vaticinio…
Debo a quienes me siguen mis escritos exponer las razones que han provocado el desplome de la popularidad del presidente Medina.
El pueblo perdió la confianza en Danilo al cumplirse tres años de gobierno y comprobar que lo de presidente “amigo” y “cercano”, el “bienestar” y el “país bien” que anunciaban desde Palacio no le reportaba seguridad, comida barata, salud y educación de calidad, empleo, rebaja de los combustibles y la tarifa eléctrica, en proporción a la baja del petróleo.
Que todos esos problemas no se resolvían y, por el contrario, se acumulaban a pesar de que Danilo ha sido el presidente que más ha endeudado al país y el que más dinero le ha sacado de los bolsillos de los tantos impuestos que cobra con implacable apremio.
Dejó de creer el pueblo en Danilo tras verlo prometer que respetaría la Constitución y que no buscaría reelegirse, y comprobar luego cómo se imponía a la fuerza en el Comité Político de su partido y “persuadía” a los legisladores morados y de otros partidos a que adulteraran la Carta Magna para él seguir en Palacio.
Le quedó entonces claro a la gente que todo lo que hacían el Presidente y su anillo palaciego había sido un montaje para reelegirse y perpetuarse en el poder en una tiranía siglo XXI, como advirtió Leonel.
Abrió los ojos la gente y coligió que la alharaca con la Barrik Gold, insinuando a Leonel como un vil negociador, era montaje reeleccionista.
La bulla con Bahía de Las Aguilas, montaje reeleccionista.
Las visitas “sorpresa”, con brinquitos de charco, montaje reeleccionista, como documentan al chele los productores y técnicos del Frente Agropecuario del PRM.
El boche al ingeniero por el retraso en la construcción de una escuela, producido y post producido con varias cámaras y efectos especiales, montaje reeleccionista.
Los brinquitos de charcos en fotografías publicitarias de fotoshop y ordenada por Marchena su publicación en los medios como noticia, montaje reeleccionista.
La extemporánea campaña de Gedeón pidiendo la repostulación presidencial cuando acababan de llegar al gobierno, montaje reeleccionista.
Celebración del VIII Congreso del PLD, temático como el zoo de Roberto, que en vez de elegir todos los estamentos y mandos del PLD, tantas veces pospuesta, fue reducido a teorías y enunciados, montaje reeleccionista.
Ampliaciones del Comité Político y el Comité Central del PLD para variar la correlación de fuerzas en favor de Danilo, montaje reeleccionista.
Carta de Ventura Camejo pidiendo que el Comité Político del PLD decidiera la reforma de la Constitución, montaje reeleccionista.
Declaración presidencial de que no buscaría la reelección porque su hermosa familia no quería que siguiera en política, montaje reeleccionista.
Anuncio de Danilo de que para reelegirse había que tragarse un tiburón podrido, y enterrar los escrúpulos donde nadie los encontrara jamás, y él no estaba en eso, montaje reeleccionista.
Las cuentas por cobrar de Quirino y la campaña comunicacional en que se montó, montaje reeleccionista.
Gigantesca e implacable estrategia de medios para desacreditar al presidente Leonel Fernández, montaje reeleccionista.
Mantenimiento del enorme y costoso tinglado de nóminas y nominillas políticas que cuestan miles de millones de pesos pagando a gente que no realiza una labor, montaje reeleccionista.
Permisividad frente al tráfico de influencia, la corrupción y la impunidad, montaje reeleccionista.
Incomunicación del presidente de la República con la prensa, y a través de ella con la sociedad, montaje reeleccionista.
Paralización de las construcciones por una semana, debido a la “ausencia” de la mano de obra haitiana, montaje reeleccionista.
Masivo zafarrancho militar de repatriaciones para no repatriar a nadie, montaje reeleccionista.
Enormes caravanas con cientos de miles de haitianos auto deportándose en camiones y camionetas repletas de sus ajuares, con grandes fotos de primera en la gran prensa, montaje reeleccionista.
Enorme campaña de cotidianos comentaristas y columnistas ofertando la “invencibilidad” de Danilo, que firman con sus nombres o en columnas sin firmar como si fueran editoriales, montaje reeleccionista.
Los genios de la ambición continuista desplegaron todos sus trucos y artificios propagandísticos. Pero olvidaron dos pequeños detalles:
Que con su sideral simultaneidad y horizontalidad de transmisión de la información las redes sociales de Internet han potenciado exponencialmente la capacidad de comunicación de radio bemba.
Que como sentenció en el siglo pasado, pero por los siglos de los siglos Abraham Lincoln, se puede engañar una parte del pueblo todo el tiempo, y una parte del tiempo todo el pueblo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo.
Por eso se ha derrumbado la popularidad de Danilo, y coincidimos en ello dos comunicadores como el colega y yo que nos encontramos ayer, que no somos santos de la devoción ni yo de él, ni él mío, aunque nos respetemos.